- EL CLUB VALENCIANO HORTACLÀSSICS REALIZA CON ÉXITO DE ASISTENCIA Y DE ORGANIZACIÓN SU PRIMERA RUTA DE FIN DE SEMANA REALIZADA POR LA SERRANÍA DE CUENCA
- UNA QUINCENA DE CLÁSICOS DEPORTIVOS REALIZAN UNA ATRACTIVA RUTA DE 500 KMS ENTRE TORRENT Y CUENCA
- DISFRUTAR DE LAS DIVERTIDAS CARRETERAS, LOS PAISAJES Y LA GASTRONOMÍA LOCAL FUERON LOS PRINCIPALES ALICIENTES PARA SUS PARTICIPANTES
Valencia, 1 de junio de 2014.- HortaClàssics ha realizado con un destacado éxito uno de los principales retos propuestos para el presente año: realizar una ruta de fin de semana que le permitiera a sus socios, amigos y simpatizantes disfrutar de sus clásicos tanto por la provincia de Valencia como por sus limítrofes.
Partiendo de esa base, se diseñó una ruta que, partiendo desde Torrente, localidad donde tiene su sede social el Club, finalizó en Cuenca, donde se pernoctó. La realización de la ruta suponía pasar y, en ocasiones, visitar pueblos con tanto encanto como Losa del Obispo, Chelva, Titaguas, Aras de los Olmos, Santa Cruz de Moya, Landete, Moya, Algarra, Salvacañete, Salinas del Manzano, Cañete, Campillos-Sierra, Huerta del Marquesado, Laguna del Marquesado, Valdemeca, Huélamo, La Toba, Uña, Villalba de la Sierra, Cuenca, Cañada del Hoyo, Carboneras de Guadazuán, Cardenete, Villora, Mira y Camporrobles.
HortaClàssics, con el rigor que caracteriza su actuación, consiguió en un tiempo récord tramitar los permisos, autorizaciones y demás trámites de tipo administrativo que, con arreglo a la normativa vigente, son precisos para realizar una ruta de este tipo dentro de la legalidad. Y, además, negociar con excelente criterio las cuestiones logísticas (comidas y alojamientos), lográndose una excelente relación calidad-precio, digna de reconocimiento.
La Ruta empezó pasadas las 9,30 de la mañana en un conocido Centro Comercial de Torrente, donde fueron citados los participantes. Según iban llegado, además de saludar a conocidos y amigos, iban recogiendo y firmando la documentación de ruta. Clásicos al Volante en esta ocasión participó como copiloto en el vehículo designado por la organización como Coche 0.
Entre los coches participantes hubo bastante variedad, aunque Mercedes Benz fue, de lejos, la marca mejor representada, con varios ejemplares del legendario SL (carrocerías W121, R107, C107 y R129 ), un coupé CE de la familia W123 y un exótico 190 2.3 16 (W201). Participaron dos unidades de Jaguar, en forma de Tipo E Coupé 4.2 y un XJS 4.0. Los seguidores de BMW se desplazaron con una versión de tracción total del E30, conocida como IX, y con un precioso 635 CSi M (e24). Las notas de color las pusieron un SEAT 850 Sport, vehículo más lejano, procedente de Castellón, un Mazda MX-5 y un Triumph Spitfire. Los clásicos americanos estuvieron representados por un bonito Ford Mustang Convertible.
La primera etapa, hasta El Restaurante El Azud, transcurrió sin problemas al rodarse por autovías y carreteras de excelente firme, aunque sus curvas iban anticipando lo que estaba por llegar. El almuerzo, en un entorno muy conocido por los clubes de la zona que realizan numerosas rutas por los preciosos paisajes que lo rodean, sirvió para reponer fuerzas y confraternizar en animada conversación con los amigos y conocidos.
Hacia las 12 se reemprendió de nuevo la ruta, con la idea de llegar a la localidad de Cañete hacia la dos del mediodía, donde comeríamos en el Restaurante La Muralla. Esta parte de la ruta, fue realmente espectacular, ideal para que cada piloto exprimiera las cualidades dinámicas de sus vehículos, por la cantidad de curvas y puertos a superar, rodando por carreteras que… ¡en ocasiones se estrechaban de un modo alarmante! Muchos de nosotros recordaremos con mucho gusto el tramo entre Cruz de Moya y Ademuz, estamos buscando una excusa para repetirlo de nuevo!
Nuestro vehículo, coche 0, así como otro similar perteneciente a un amigo que compartió ruta con nosotros, llegó al restaurante al filo de las 14 horas, pensando que el resto de vehículos ya estarían, pero nuestra sorpresa fue mayúscula al comprobar que éramos los primeros en llegar… Dados los problemas puntuales de cobertura con los móviles y el no haber visto, prácticamente a ningún otro coche a lo largo de la etapa, nos hicieron sospechar que algún error se habría cometido… Efectivamente, pasado un buen rato empezaron a llegar con cuenta gotas los primeros coches, cuyos conductores nos informaron que una mala interpretación en alguna indicación del libro de ruta había provocado un error en cadena, que finalmente se subsanó. También comprobamos que las miles de curvas de la ruta habían hecho estragos entre niños y mayores.
El espectáculo de los coches estacionados al pie de las murallas fue impresionante, llamando mucho la atención de los vecinos, quienes no paraban de preguntar sobre las marcas, las prestaciones, los consumos y (por supuesto) el precio de los coches….
La comida, servida en una sala reservada, fue agradable y basada en productos típicos de la zona; buena compañía, buen servicio y un buen precio… ¿Qué más se puede pedir?
La sobremesa se levantó a media tarde, con la sorpresa de ver que el tiempo había empeorado durante la comida: unas amenazadoras nubes estuvieron jugando toda la tarde al gato y al ratón con el sol, descargando pequeños chaparrones y permitiendo que luciera tímidamente el sol entre uno y otro. Aun así, se pudo realizar una breve parada en Uña; esta breve parada sirvió para subsanar pequeñas incidencias que fueron apareciendo, que en ningún caso impidieron a ningún vehículo seguir su ruta. En este sentido, agradecer el compañerismo entre los participantes que no dudan en poner a disposición de quien lo necesita sus conocimientos y sus completas cajas de herramientas.
El resto de la ruta hasta Cuenca, atravesando campos bucólicos, donde se vieron ardillas y algún que otro rebaño de vacas, fue tranquilo y rápido al mejorar notablemente la calidad de las vías por las que se circulaba.
El acogedor Hotel Leonor de Aquitania de Cuenca recibió a los cansados, pero felices viajeros, ofreciéndoles unas instalaciones modernas y dotadas de todo lo necesario para un buen descanso, tanto para los conductores como para los clásicos, que reposaron en un aparcamiento cubierto especialmente habilitado para ellos.
Una rápida visita por el centro de Cuenca, que incluyó la vista de las Casas Colgadas y su Parador de Turismo, sirvió de prólogo a la cena, tras la cual no faltaron los momentos de relajo que sirvieron para comentar las incidencias del días y preparar la ruta del día siguiente.
La mañana del domingo se aprovechó para visitar el pueblo de Cardenete. El pueblo, y en especial su Ayuntamiento, se ha volcado con esta I Ruta del Clàssics a la Primavera, con todo tipo de facilidades para exponer los clásicos, y hacer partícipes a todos los vecinos del gran evento que ha supuesto para ellos el paso de la Ruta.
Durante la visita no faltó el orgullo del pueblo, el órgano del Siglo XVIII recién restaurado, así como una cata de orujos y rolletes de anís. ¡Nos han tratado como invitados de honor! En señal de agradecimiento HortaClássics, a través de su presidente, ha entregado un bonito recuerdo a la alcaldesa del pueblo, quien ha correspondiendo al club con un precioso plato de barro de elaboración artesanal conmemorativo de nuestra visita a Cardenete (fotografía de la derecha).
La comida de clausura se ha servido en el Restaurante La Rebotica. Tras la misma, la organización de la Ruta ha entregado a los participantes unos recuerdos conmemorativos de su participación en la misma, agradeciéndoles el esfuerzo hecho para hacer posible su celebración. También se ha valorado el esfuerzo realizado por todas las personas e instituciones que han colaborado para sacar adelante este precioso proyecto. Por ello, la sensación que ha quedado, tanto entre los mismos, como entre los participantes ha sido de un excelente sabor de boca por las experiencias vividas durante esta I Ruta del Clàssics a la Primavera.
¡Hasta la próxima!
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Texto: Juan Inigo Ros/HortaClàssics
Fotografías: Juan Inigo Ros/HortaClàssics
Fuente: Clasicos al Volante